martes, 28 de diciembre de 2021

Un Quijote que confía su Gaudí: El Majo

 

“Admiróles el hermoso sitio de la ciudad y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo.”                      Don Quijote II (cap.LXXII)

 

En vísperas de estas navidades tuve el detalle de parte de un buen nuevo amigo “El Majo” que me confiara una pequeña pero muy bien graficada compilación de la obra del “arquitecto de Dios” Gaudí, como una manera de conocer sin haberla visitado aún, su natal Barcelona.


Casi como un “Sancho” despertado por este caballero para “desfacer entuertos o enderezar tuertos” devoré aquel libro bien ilustrado que en mis años de estudiante de arquitectura no hubiera tenido el capital de comprarlo a ese nivel tan colorido, y aunque lo hubiera tenido al no tener un domicilio propio, pues era mejor viajar “ligero de equipaje” ante mis intermitentes mudanzas.


Gaudí fue un arquitecto que agarró varios proyectos como relevo (interesante retroalimentación),  en estos tiempos sería también el “santo” de los Project Managers, incluso la famosa “Sagrada Familia”, capaz de respetar esa primera intención de sus diseñadores originales (de base neo-gótica) y lograr una evolución, una metamorfosis como un proyectista que celosamente lograba lo que había esbozado y maqueteado anteriormente de logrando eclosionar hacia el Modernismo como sello distintivo de su amada ciudad.

 

Marcó un ritmo, una matemática que incluso habiendo desaparecido físicamente hace casi una centuria, su obra sigue desarrollándose de forma orgánica al compás de lo que diríamos actualmente como algoritmos matemáticos al servicio de su arquitectura sublime.


Gaudí era un provocador de efectos, nos pone a trabajar arduamente buscando puntos referencia, puntos de fuga;  jugando con las tonalidades de colores y luces en perspectiva logrando sensaciones de más espacio donde hay más confinamiento y llevándonos hacia esa sensación de grandeza que sólo Dio nos puede permitir una probadita de su majestuosidad atrapados en esta vida limitada por nuestra piel y soportada por nuestra estructura ósea, para vivir al máximo nuestra humanidad.


Ya me puedo imaginar caminando de la mano de mi artista favorita por el Passeig de Gràcia degustando de ese contacto espiritual desde esta tierra entendiendo al colega Gaudí hasta llegar a la Sagrada Familia.

Gracias “Majo”









lunes, 27 de diciembre de 2021

Clayton: de la Arquitectura Hospitalaria a estandarte de la Seguridad Social

 En el marco de la conmemoración de este bicentenario de la independencia de España, es nuestro interés aportar a las páginas de la memoria nacional un extracto de nuestra investigación en torno al histórico Edificio 520 de Clayton, hoy sede nacional de Ingresos de la Caja de Seguro Social.



Cuando nos referimos a Clayton, la mayoría de las generaciones actuales lo asociarían a la Ciudad del Saber, puesto que es un caso e éxito de como un complejo diseñado para la defensa militar, pasa a ser un clúster educativo, generador de ideas, innovación e investigación global, como también de desarrollo de negocios acorde con estos tiempos. Dicha situación opaca involuntariamente el valor de un complejo diseñado como apoyo a la red de hospitales militares de la Zona del Canal, liderados por el “Gorgas”.

Transcurría el final de los años treinta del siglo pasado y se solicitaban fondos al Congreso de los Estados Unidos para la construcción de otro hospital más cuyo monto original fue inicialmente rechazado, pero gracias a una alerta de inteligencia militar que amenazaba con un ataque al Canal de Panamá por parte de las potencias bélicas del “Eje” durante la Segunda Guerra Mundial, se logró el apoyo para que el Cuerpo de Ingeniería de la Armada Estadounidense procedería a su construcción. La historia demostró que aunque se canceló dicho ataque, el Hospital de Clayton sí cumplió con sus labores de la posguerra.

Foto: http://www.czimages.com/CZMemories/Fort_Clayton/Clayton95.htm

Su concepto original emulando la ubicación de los edificios y áreas como el “Administration Building” y “Quarry Heights” se eleva sobre una colina, lo que le da la ventaja a sus diseñadores de no solamente tener una panorámica de los desarrollos que se darían a sus alrededores, sino que también permitía un mejor control de plagas y mosquitos al lograr que las aguas pluviales corrieran rápidamente ante las lluvias y humedad típica de la zona, de igual manera se conseguía una ventilación “cruzada” para una sanación de enfermedades más efectiva y al tener una vista desde la colina lograr incluso una mejor recuperación de traumas de guerra, de ser necesario, puesto que ya existía el Hospital de Corozal (actual sede del Ministerio de Educación) de salud mental.

Al ser construido en la época de los cuarenta, sus estructuras actuales todavía tienen reminiscencias del estilo art-deco “neoyorkino” con algunos marcos de puertas, pasamos y el elevador del edificio principal del conjunto que mantiene sus detalles ojivales en bronce que con el paso del tiempo asoma sus tonos verdes como producto de la oxidación con los años.




Imagen: https://www.wbdg.org/building-types/unaccompanied-personnel-housing-barracks-1

Grandes aleros con techos de resistente estructura de madera donde descansan pares de madera y las tejas estilo “colonial-hispano” para que escurra el agua de las constantes lluvias. Su ventanería original era de grandes persianas (como las que aún denominamos “Miami Windows”) que permitían regular la entrada de aire dependiendo de la hora y las inclemencias del tiempo protegidas de mallas contra mosquitos y otras plagas.

El Edificio 520, de uso originalmente como dormitorio tipo “barracas” y de almacenaje de archivos administrativos sigue siendo  la cara de presentación de este conjunto históricamente hospitalario visto desde la parte más baja de su calle de acceso dentro de un conjunto que originalmente incluía 2 bloques más al ir ascendiendo por la vía de la colina: el Edificio que sirvió originalmente como dormitorio para enfermeras con área social y de esparcimiento y  el Hospital en propiedad diseñado con una capacidad de hasta 900 camas.

Con el paso de los años este complejo fue usado para diferentes funciones de acuerdo a las circunstancias de la época (sumando a los pequeños edificios de servicios técnicos como el 521, 522 y el 525), en primera instancia desmembrando su uso como conjunto, por ejemplo el Edificio 518 funciona hoy día como una escuela privada internacional mientras que los edificios de “la colina”, como el “520”, funcionó hasta el 2007 como Consulado de los Estados Unidos luego de completar la reversión de la totalidad de la región interoceánica a la República de Panamá en 1999 y posterior demolición de la embajada estadounidense en la Avenida  Balboa. El edificio tuvo una fuerte intervención que incluyó una nueva losa para las máquinas de aire acondicionado, accesos universales para discapacitados, un elevador con escaleras de emergencia, cerramiento de paredes que afectaron su típica fachada y una cerca perimetral con su oficina de acceso para visitantes, quitándole el concepto de integración que originalmente tenía todo el conjunto con las áreas verdes.



El Edificio “520” hoy día junto al “519” son la sede administrativa de la primera institución de seguridad social del país quien circunstancialmente también cumplió sus primeros 80 años.